viernes, 12 de agosto de 2011

Barrio La Playita


LA PLAYITA: HISTORIA DE UN NAUFRAGIO

Germán Andrés Valencia Franco
Estudiante de Medicina
Universidad de Caldas
PALABRA CLAVE:
Ambiente.



A orillas de un mar de esperanzas y de frustraciones, de sueños
y de realidades, de problemas sin soluciones, se encuentra La Playita.
Un barrio donde anclaron unas cuantas personas hace diez y siete años, e invadieron el terreno, cual isla desierta y sin dueño, para quedarse refugiados en una sociedad manizalita, la cual no los hubiera aceptado en ninguna otra parte sino en el peor puerto de la 'ciudad de las puertas abiertas' ¡abiertas para foráneos y cerradas para los propios!
Tubos y chozas fueron sus primeras guaridas, injusticia social en las zonas urbanas que ya diez y siete años después no ha vislumbrado solución.
Ellos allá descomponiéndose al correr los años creciendo en número, creciendo en problemas; viendo pasar politiqueros oportunistas en época de elecciones, prometedores de falsas ilusiones: "que el techo para el señor, que el adobe para la señora, que el mercado para la familia, que el cuaderno para el niño y la muñeca para la niña..."; cuánta basura se les ha ocurrido a los 'dotores' -como ellos los han llamado- les han dado, eso sí, con la condición de votar por uno y ni riesgos por el otro: "... no se le olvide señor, los azules sí servimos..."; "mentiras los rojos somos los mejores...". Parafernalia apoyada en la ignorancia, en la pobreza, en la miseria, en el hambre; 'dotores' que nunca más se volvieron a acordar de La Playita, de donde salieron tantos votos. Y La Playita sigue allá escondida tras el opulento Morro Sancancio y en la ribera del río Chinchiná; lejos de las miradas de las 'gentes de bien' y cerca de la indiferencia y del abandono; allí están los generadores de violencia, los consumidores de droga, los malhechores de la gran ciudad, la escoria de la sociedad.
¿De quién es la culpa?, ¿acaso de ellos?, no creo... Nadie es culpable de su destino; ellos no escogieron ser pobres y miserables; no escogieron ser lo peor; simplemente fue el azar, ¡sí!, el azar provocado por la misma evolución de la sociedad que busca cada día hacer más pobres a los más pobres y más ricos a los más ricos.
Yo creo que lo peor que le puede pasar a uno es no tener donde vivir, y eso precisamente les ha sucedido a las familias que fueron llegando allí, sin importar las condiciones, sin mirar el terreno, sin preocuparse por los materiales para construir sus casitas; al fin y al cabo como ellos mismos dicen: "lo fundamental es donde poder meter la cabeza". Y si no se preocupaban por esas mínimas situaciones, mucho menos, por los peligros que pudieran representar el Morro de Sancancio o el Río Chinchiná. ¿Qué iban a saber los pobres habitantes del barrio de esos peligros, cuando llegaron allí?, y digo pobre, no sólo por su lamantable y paupérrimo estado económico sino porque en esta sociedad el que nada tiene... nada puede, todo se le va en ganas: en ganas de sacarse la lotería, en ganas de poder tener para tener poder. Círculo vicioso, que viene y va, al que no se le encuentra ni entrada ni salida, o si entra es difícil que salga.
Ironías de la vida encontrar en una misma ciudad mansiones casi en oro y casuchas de esterilla y cartón... ¿Acaso no son humanos los que viven entre lujos y comodidades, o no son humanos también los que viven en la miseria? Humanos somos todos; pero tomamos caminos muy diferentes.
Quizás como fruto de la degradación social nacen cada día más delincuentes. Unos por necesidad, pues si esta sociedad poderosa no les brinda fuentes de empleo, de hambre no se van a morir; y ¿qué sirve más, un anillo de oro de un viejo rico... o, un plato de fríjoles para los niños que se están muriendo de hambre...? y no estoy justificando la profesión de ladrón sino que lo uno es un lujo de por sí innecesario y lo otro es apenas una necesidad indiscutible; pero otros, como también los hay en La Playita, roban sólo para 'meter vicio'; basta con recorrer el centro social del barrio, donde está la capilla, el proyecto de escuela, la tienda, el bar, el parque infantil -que más parece un lodazal, porque de zonas verdes nada tiene-, la cancha de microfútbol y baloncesto y las casas circundantes, para ver a los drogadictos fumándose la vida, vida que para ellos nada vale, pues no tienen esperanzas de futuro.
Aparte de los drogadictos, hay una cantidad de personas en edad de trabajo, desocupadas, caminando de un lado para el otro, pensando quién sabe en qué cosas, en qué hacer al día siguiente para conseguir un poco de comida. Otros -como ellos dicen- no se podían quedar con los brazos cruzados y se están dedicando a la economía del rebusque, a vender comestibles, artesanías y prendas de vestir, en fin, cualquier cosa que sea vendible, lo importante es conseguir algunos pesos. Pero, como todo para ellos es un conflicto... allí en La Playita no van a vender sus productos, tienen que salir a las céntricas calles del comercio de Manizales. Ya en la ciudad, ellos y la mercancía son un gran problema, invaden el espacio público y ponen en riesgo a los transeúntes, por lo que la policía se encarga de retirarlos y retenerles sus ventas. ¡Malo si no trabajan y malo si trabajan!
Es que el trabajo en la ciudad no está para ellos; muchos son los que emigraron del campo en busca del oasis de la urbe, dizque porque en el campo estaba muy difícil la vida y llegaron a la ciudad, obviamente donde más barato pudieran residenciarse, encontrándose La Playita; pero ¡qué frustración... esta Manizales no es un oasis!; si el trabajo es escaso para los que nacieron, crecieron y viven aquí, ahora para ellos, sí que es peor. El campo a algunos no les brindó oportunidades; para nadie es un secreto que las plantaciones de café, principal producto de nuestra región, se tuvieron que tumbar hace algunos años porque ya no producían ni para comer; otros tuvieron que venirse del campo porque les sembraron cultivos a los que no estaban acostumbrados... sí, cultivos ilícitos y cultivos de plomo... les sembraron la violencia.
Si actualmente la situación es compleja, el comienzo no fue precisamente bueno. Primero que todo, los terrenos pertenecen al municipio, es decir, si éste hubiera querido desalojarlos, hace mucho tiempo lo hubiera hecho. La planificación del barrio se puede decir que nunca existió, no hay calles ni carreras, existen pasajes irregulares y en todos los sentidos, unos son angostos y otros son anchos la mayoría sin pavimentar; parece un barrio 'armado' en sus juegos por un niño.
Ni qué decir de las casas: las hay de todos los estilos y materiales, de doble servicio y de una sola planta; de cartón con esterilla y de material; grandes y pequeñas; todas construídas por ellos mismos, sin evaluar posibles riesgos.
La vía de acceso es muy estrecha; aunque está pavimentada desde la Carretera Panamericana hasta el 'centro social' del barrio. Si dos carros se encuentran, uno se tiene que devolver para darle vía al otro. Los carros que entran son muy pocos: ni buses ni busetas pueden hacerlo, porque tumbarían los voladizos de las casas; los taxis por temor a sufrir atracos tampoco entran; y esto es grave, pues en una situación de emergencia, la forma de ayudarlos sería difícil; además, a diario, los habitantes tienen que caminar hasta el Barrio Aranjuez, que siempre queda retirado, para utilizar el transporte o hasta la Panamericana para usar el servicio de taxis, servicio que dadas las condiciones económicas y la lejanía del sector, les sale muy costoso. Para agravar más el cuadro, los habitantes de La Playita no tienen derecho a aliviarse en caso de alguna enfermedad; unas veces, porque debido a sus trabajos temporales, no poseen seguros en salud; otras veces, una atención inmediata no se les puede prestar, puesto que el barrio no tiene 'Centro de Salud'.
Los servicios sanitarios no presentan mayor inconveniente; el fluído eléctrico, el agua y el teléfono -lujo de unos pocos- son adecuados; el alcantarillado y la recolección de basuras no son los mejores, sobre todo en la parte baja del barrio; en primera instancia, porque ellos mismos lo hicieron, y en segunda, porque por comodidad el sitio perfecto para arrojar sus desperdicios es el Río Chinchiná. Y hablando del Río Chinchiná, un 15% del barrio está en mayor peligro de inundación en caso de avalancha -como el recordado 13 de noviembre de 1985 cuando la erupción del Volcán Nevado del Ruiz arrasó con parte del barrio; además, el río en este paso viene muy contaminado con los desechos de la zona industrial, siendo él el responsable quizás, de algunas enfermedades en la población. Pero, 'si en la parte baja llueve en la parte alta, no escampa', allí el problema no son las posibles inundaciones sino los probables derrumbes; ese empinado Morro Sancancio no es garantía de tierra firme, y aunque se encuentra plantado de grandes árboles es un terreno muy pendiente, que en cualquier momento podría cubrir parte de La Playita.
Y todo no para aquí. Últimamente está sucediendo algo preocupante: los muchachos del barrio están siendo asesinados por 'grupos de limpieza', que según su filosofía pretenden acabar con los ladrones del sector. Grupos de limpieza que no solucionan problema alguno sino, por el contrario, agravan el asunto. ¿De qué sirve matar unos cuantos, si los niños van creciendo y se convierten, en su mayoría en otros delincuentes...? además, la tal limpieza no será capaz de 'limpiar' los rencores y las venganzas de los familiares de los muchachos, ... así se engendra más violencia.
La Playita no tiene zonas de recreación ni modos de emplear adecuadamente el tiempo libre. Basta ver a los niños pateando un cuero que algún día se llamó 'balón', en un pedazo de cemento mal llamado 'cancha'; a los jóvenes haciéndole carambolas a la vida en el único billar del barrio; a los ancianos sentados en míseras banquitas, fumándose un gran tabaco, esperando tal vez únicamente cuando 'mi Diosito' se los lleve.
Éste sólo es el ambiente del 'centro social'; ¡¿quien sabe cuántas cosas estarán sucediendo en el interior de las viviendas?! ¿Cuántas niñas saliendo a 'trabajar' a centros nocturnos de la ciudad, o quizás cuántas madres también lo harán? ¿Cuántos casos de maltrato -que no es exclusivo de la marginada Playita- se están dando a niños y a mujeres principalmente? -concepto que cabe sólo dentro de esta sociedad machista-.
Ni qué hablar del sinnúmero de patologías que a lo mejor estén pasando desapercibidas o potencialmente sean posibles: casos de zoonosis como la rabia y la toxoplasmosis, por mencionar sólo dos, pues hay una población canina grande en La Playita, lo más seguro sin vacunar; infecciones respiratorias y enfermedades dermatológicas causadas por la contaminación del Río Chinchiná, tanto por la exposición ambiental indirecta como por la directa, debido a que algunos habitantes se han empleado en el río, sacando arena; enfermedades de transmisión sexual por la alta promiscuidad -amalgama de necesidad e ignorancia-; desnutrición, sobre todo infantil, por la imposibilidad de proveer de buenos nutrientes a los niños, entre otras muchas.
Aparte de las necesidades básicas de las gentes de La Playita, el consumismo también entró al barrio: unos full equipos de sonidos y televisores... ¿Será acaso que de un equipo de sonido se alimentan los niños, o de un televisor se visten ellos? necesidades que se están volviendo más que 'básicas' ad portas del siglo XXI... techos que urgen cambio, con su majestuosa antena de T.V. y es que es mejor aguantar hambre que incumplir con las cuotas de financiación del electrodoméstico.
Son tantos y tan variados los problemas de La Playita, que ni el 'dotor' más hábil lograría solucionarlos.
Hace algunos días surgió la idea en la comunidad de realizar un foro denominado: "Propuesta de amor por el barrio La Playita", con la participación de los 'dotores' de moda: el Alcalde, los secretarios de la alcaldía, los Consejales, la policía, el ejército y otras instituciones descentralizadas; además de los tres candidatos a la Alcaldía de Manizales -¿será que se repite la historia de los politiqueros oportunistas?- con el fin de mostrarles la situación del barrio y de pedirles ayuda para salir adelante.
Llegaron los 'dotores' a escuchar las propuestas, y se fueron dejando promesas a los habitantes o disculpándose de las muchas quejas que recibieron. Ojalá todo no se vaya en estudios sociológicos, patológicos o de infraestructura como el estudio del muro de contensión que costó 50 millones de pesos, cuyo diseño total demandará unos 400 millones de pesos. La gente expuso sus necesidades en salud, vivienda, educación, transporte, seguridad, empleo, recreación y obras varias, a las que se dieron vagas respuestas por parte de cada uno de los funcionarios:
En salud, aseguraron que sí hay 'Centro de Salud' en el Barrio Aranjuez, con todos los servicios, ...que lo que pasa es que la gente no sabe, y ¿si la gente no lo sabe, de quién es la culpa?, ¿acaso de la gente?... No creo. Es como quien pone una tienda y no le hace publicidad... es difícil que venda. Así mismo debiera ser con el 'Centro de Salud', donde lo que se 'vende' son servicios, y ¿cómo se realiza la publicidad de estos servicios? Ni modo que con volantes..., los volantes van a parar a la basura o a las manos de un niño para hacer avioncitos. La publicidad debe ser por medio de campañas en La Playita, campañas de promoción de la salud y prevención de las enfemedades; campañas informativas de interés general, es decir, coyunturas en las que se aproveche para dar a conocer a la gente la existencia de un centro de salud, que aunque no funciona dentro del mismo barrio sí los cobija.
En vivienda, el funcionario se limitó a decir que La Playita es una zona de alto riesgo, y que por lo tanto, el gobierno allí no puede invertir. Añadió: "se están adelantando estudios, los cuales hay que concretar". No sé por qué, pero esto me suena a tramitomanía y burocracia..., ¿cuántos dineros se invierten en estudios, realmente serios, y cuántos funcionarios se estarán lucrando sin darle la finalidad destinada a esos dineros? No es de extrañar, pero sí de avergonzar... fraude me suena a Colombia, haciendo pocas y valiosas excepciones.
En transporte, el secretario de tránsito se fue por la 'variante' en lugar de tomar la 'principal'; dijo que los buses no pueden entrar por lo angosto de las calles y por los voladizos de las casas. ¿Por qué no planteó mejor que si los buses no pueden entrar, por lo menos lleguen por ahora hasta la entrada del barrio? Respecto de los taxis, minimizó el problema diciendo: "... tenemos que conocer el número de las placas de los taxis que no atienden las llamadas para poder sancionar..." ¡Qué ridículo!, nadie, ni él mismo, va a arriesgar el taxi -porque taxis ya han dañado allí-, o siendo un poco exagerado, la vida. La situación es compleja; el taxi es el trabajo de muchas personas y estando la situación como está... ¿quién va a arriesgar su empleo? El problema no es de placas de taxis, el problema es generalizado del servicio, al cual le deben brindar seguridad para poder ser prestado adecuadamente.
En seguridad, el subcomandante de Policía Caldas como los anteriores funcionarios citados, tiene que salvar su pellejo y hace ver una pulga donde en realidad hay un caballo... Lo que manifestó fue lo siguiente: "los índices de violación y atracos son altos; pero también hay mucha mala fama, sólo porque es barrio de invasión". ¿Mala fama?... mala fama con la que quedó él mismo, lo que hay es desconocimiento del problema... empezando porque en el sector no hay policía, y como dijo él: "hay patrullajes 'periódicos' porque la seguridad depende del CAI de Aranjuez", patrullajes que nadie sabe cuándo se realizan, porque cuando se necesita un agente, éste aparece media hora después. El subcomandante al fin y al cabo, es policía de escritorio y coctel, -porque ahí sí está-, y no está arriesgando la vida como lo hacen los patrulleros que ocasionalmente ingresan a La Playita. Lo que se requiere es patrullaje continuo y presencia permanente de la policía; aunque en este aspecto, lo ideal no sería la represión sino la educación... no se necesitan tantos policías de revólver y bolilllo, más bien, policías de tiza y tablero, formadores de juventud, que hagan ver a la comunidad otras formas de convivencia ciudadana, orientadas no desde la guerra sino desde la paz.
En empleo, el presidente de Fenalco dio ideas generales; pero no concretó soluciones, dijo: "las comunidades tienen que ayudarse para capacitarse y educarse", pero no especificó cómo se les capacitará. Lo que tiene el funcionario es miedo al compromiso; es muy fácil opinar y dar ideas bonitas, lo difícil es ejecutarlas y él, teniendo la oportunidad, no lo hace.
En recreación, el delegado sólo dijo: "estamos desarrollando un programa de asistencia en recreación y deporte para iniciar unos torneos", como si la recreación consistiera sólo en cuatro mechudos pateando un balón de fútbol en unas improvisadas canchas para ganar con ello un trofeo que se oxidará en cualquier rincón. Falta ampliar los conceptos de recreación y utilización del tiempo libre, actividades dirigidas y diferentes para niños, jóvenes, adultos y ancianos, que le brinden a la comunidad espacios para compartir y mejorar las relaciones entre los habitantes de La Playita.
En obras varias, el secretario de obras señaló: "el año pasado no se hicieron obras de pavimentación del barrio; este año tampoco, pero vamos a hacer algo. No hay nada programado para la pavimentación de la vía que comunica con el Barrio Aranjuez", afirmaciones escuetas y casi descaradas de la realidad del barrio, además limitadas a sólo un poco de cemento sobre tierra. Otro funcionario que se rajó: ¿no es pues su labor promover las obras para los barrios, y no solo de pavimentación sino de mejoramiento de entorno?
Es que si les diera la gana a los 'dotores', muchas cosas podrían hacer por mejorar la calidad de vida de los habitantes de La Playita, conformando un equipo interdisciplinario donde cada uno ejecute obras concretas (y no se desgasten, como lo hicieron durante el foro, en buscar excusas, soluciones utópicas, brillantes ideas difíciles de ralizar) ante una comunidad que espera más, y que seguramente, no será testigo mudo de los modos de desarrollo sino copartícipe para alcanzar el bien común; comunidad que utiliza los valores de solidaridad, compromiso, responsabilidad y lucha.
Y que no se disculpen diciendo que están solos. ¿No somos pues una ciudad universitaria, o al menos en vía de ser universitaria...?, pues que los 'dotores' pongan a trabajar a los universitarios; yo sé que muchos estudiantes de tan variadas carreras que hay en la ciudad, trabajarían -y yo me incluyo- en lo asignado. Que abran los espacios e inviertan en esta juventud con capacidad y ganas de ejecución. ¿Qué más piden 'dotores', si así se ahorran la mano de obra?
Sí, a los 'dotores' les falta ganas de ejecución, sólo piensan en invertir en pendejadas: ¿cuánto dinero se lleva el fútbol en este país y cuánto la ciencia? y no es nada personal, porque a mi me gusta el fútbol; pero no se justifica, habiendo tantas formas mejores de invertir el dinero.
Terminó el foro y los más optimistas creen que sí hay pronta solución a todos sus problemas, porque tanta gente importante reunida, en la capilla de La Playita, con semejantes carrazos estacionados en la plaza, tiene que ser para algo muy bueno. Los más realistas vieron salir los carrazos y los 'dotores' con las esperanzas, sueños y dificultades entre una carpeta, con destino a un archivo, para ser desempolvada cuando el río se lleve La Playita, o el Morro Sancancio la tape como queriéndola hacer suya; carpeta desempolvada por otros 'dotores' que se lamentarán de la mala gestión de sus antecesores, sin mirar que tal vez ellos son iguales o peores.
Y seguiremos igual, viendo crecer Playitas por todo lado, viendo naufragar invasiones y anquilosarse barrios de clase media, pobre y más pobre; mientras los capitanes continúan en altamar sin tocar tierra, sin tocar realidad, en un crucero que emprendieron para nunca más volver.
Y La Playita... que se joda...!
BIBLIOGRAFÍA
  • Periódico La Patria. Ediciones de mayo 23, 24 y 25 de 1997. Manizales.
  • Visita y apreciaciones personales al barrio La Playita. Manizales, mayo de 1997.

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Tomado de:

http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=com_content&task=view&id=225&Itemid=225

5 comentarios:

  1. Exelente publicacion amigo , Dice toda la realidad Sigue publicando !!

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  4. Intento¡¡ de copilación de una realidad¡¡ exagerado en algunas lineas, y muy somero en otras.
    Gracias por su trabajo de campo y síntesis aqui expuesta.

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  5. Buenos días, un relato lleno de realismo mágico.

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